No hace mucho se oficializó la imposición de cantar la sexta estrofa del Himno Nacional en los actos oficiales, en lugar de la que todos conocemos. Ya desde los tiempos del velasquismo se había satanizado la primera, por parecer humillante: Que el peruano oprimido. Que la cadena arrastró. Que la cruel servidumbre. Que en silencio gimió. Así que fue descalificada. Para remate, no la escribió José de la Torre Ugarte, pues es parte de una canción llamada "Primera Canción Patriota", que se estaba cantando desde hacía mucho tiempo atrás y fue incorporada al Himno por una ley de 1913. Pero, seamos francos, habría un problema si esta decisión se generalizara. Me refiero a que obligar a la población en general a cantar "Renovemos el gran juramento / que rendimos al dios de Jacob" es poco menos que inconstitucional. Así que veamos si hay otra alternativa.
La primera estrofa original, según los expertos, empieza con "Ya el estruendo de broncas cadenas / que escuchamos tres siglos de horror / de los libres al grito sagrado / que oyó atónito el mundo, cesó".." y aquí hay que anotar algo. El himno se eligió por concurso, convocado por San Martín. En este sentido, el autor no pudo ser más patero, perdón, más aprovechador, pues continúa: "Por doquier San Martín, inflamado / ¡Libertad! ¡Libertad! pronunció". Pero ese no es mi problema. Mi problema es que no encuentro sentido gramatical a las palabras "de los libres" en la parte mencionada arriba. Le he dado vueltas y vueltas y no encuentro el sentido. Sale sobrando. "¿De los libres al grito sagrado?" Tal vez este problema lo tuvieron los que buscaban una estrofa de reemplazo y pasaron a la siguiente.
La segunda original friega un poco a España ("y quebrar ese cetro que España / reclinaba orgullosa en los dos..."), pero hay que entender que este himno fue escrito poco después de la declaración de Independencia. ¿Qué esperaban? ¿Que a los españoles los despidieran como las hawaiianas a los turistas, poniéndoles un collar de flores en el cuello y bailando el hula? Por favor. La verdadera objeción que se le puede hacer es ser anacrónica: habla en tiempo presente de hechos que terminaron con las batallas de Junín y Ayacucho.
La tercera original es abiertamente centralista: "Lima cumple ese voto solemne / y severa, su enojo mostró". Eso ya basta para dejarla de lado, a pesar de que en la última línea se diga que el Inca es el Señor de los liberados. De no ser por la primera línea, esta le hubiera encantado a Velasco para reemplazar a la estrofa apócrifa.
La cuarta original es la peor de todas. Reúne los defectos de la apócrifa ("Compatriotas, no más verla esclava / si humillada tres siglos gimió" ) con un llamado a la venganza contra España ("Nuestros brazos, hasta hoy desarmados / estén siempre cebando el cañón / que algún día las playas de Iberia / sentirán de su estruendo el horror"). La gente pensó: hay que ser diplomático.
La original quinta, que ni siquiera se menciona en la mayoría de textos, y que empieza con "Excitemos los celos de España..." fue retirada por la misma ley de 1913, así que ni la tomaron en cuenta. Y aquí, creo que se rindieron quienes eligieron el reemplazo legal. Se quedaron con la última porque ya no había más alternativas. Para terminar de complicar las cosas, en 2005 el Tribunal Constitucional declaró que el himno es todo, en su conjunto, restituyendo la estrofa retirada en 1913 e incluyendo también la estrofa apócrifa, pero añadiéndola al final del texto. Es decir, que ahora tenemos una séptima, por obra y gracia del Poder Legislativo. Pobre José de la Torre Ugarte, en serio.
En cuanto a la demanda en sí (Exp. 0044-2004-AI/TC), fue un chiste por ambas partes. La parte demandante alegó que "es ofensiva a nuestro pueblo en general y a la sagrada memoria de los próceres..." y por tanto vulnera el artículo 1º de la Constitución referido a la dignidad de la persona como fin supremo del Estado. Bueno, si es por eso, entonces habría que suprimir también toda la estrofa cuarta original, eliminar los dos primeros versos de la original primera y el quinto verso de la ídem tercera. Por su parte, la parte demandada, el Congreso, no fue más certera, al argumentar: "Es la Ley quien declara que las estrofas del Himno Nacional son unas u otras, independientemente de su autoría". No es así, tampoco: con ese razonamiento, la Ley puede declarar que La Flor de la Canela la escribió Perico de los Palotes y no Chabuca Granda. Si vamos a dar un ejemplo sobre el respeto a los derechos de autor, empecemos por el Congreso. José de la Torre Ugarte es el único autor de la letra, la escribió como él quiso, y punto.
¿Saben? Yo voy a seguir cantando la añadida en 1913. Se dice que el 90% de la población cree en el dios de Jacob, así que no debería haber problemas con la última estrofa, pero yo respondo: también es cierto que el 90% de los católicos mayores de 40 no conocen la sexta... ¿Estamos?
La segunda original friega un poco a España ("y quebrar ese cetro que España / reclinaba orgullosa en los dos..."), pero hay que entender que este himno fue escrito poco después de la declaración de Independencia. ¿Qué esperaban? ¿Que a los españoles los despidieran como las hawaiianas a los turistas, poniéndoles un collar de flores en el cuello y bailando el hula? Por favor. La verdadera objeción que se le puede hacer es ser anacrónica: habla en tiempo presente de hechos que terminaron con las batallas de Junín y Ayacucho.
La tercera original es abiertamente centralista: "Lima cumple ese voto solemne / y severa, su enojo mostró". Eso ya basta para dejarla de lado, a pesar de que en la última línea se diga que el Inca es el Señor de los liberados. De no ser por la primera línea, esta le hubiera encantado a Velasco para reemplazar a la estrofa apócrifa.
La cuarta original es la peor de todas. Reúne los defectos de la apócrifa ("Compatriotas, no más verla esclava / si humillada tres siglos gimió" ) con un llamado a la venganza contra España ("Nuestros brazos, hasta hoy desarmados / estén siempre cebando el cañón / que algún día las playas de Iberia / sentirán de su estruendo el horror"). La gente pensó: hay que ser diplomático.
La original quinta, que ni siquiera se menciona en la mayoría de textos, y que empieza con "Excitemos los celos de España..." fue retirada por la misma ley de 1913, así que ni la tomaron en cuenta. Y aquí, creo que se rindieron quienes eligieron el reemplazo legal. Se quedaron con la última porque ya no había más alternativas. Para terminar de complicar las cosas, en 2005 el Tribunal Constitucional declaró que el himno es todo, en su conjunto, restituyendo la estrofa retirada en 1913 e incluyendo también la estrofa apócrifa, pero añadiéndola al final del texto. Es decir, que ahora tenemos una séptima, por obra y gracia del Poder Legislativo. Pobre José de la Torre Ugarte, en serio.
En cuanto a la demanda en sí (Exp. 0044-2004-AI/TC), fue un chiste por ambas partes. La parte demandante alegó que "es ofensiva a nuestro pueblo en general y a la sagrada memoria de los próceres..." y por tanto vulnera el artículo 1º de la Constitución referido a la dignidad de la persona como fin supremo del Estado. Bueno, si es por eso, entonces habría que suprimir también toda la estrofa cuarta original, eliminar los dos primeros versos de la original primera y el quinto verso de la ídem tercera. Por su parte, la parte demandada, el Congreso, no fue más certera, al argumentar: "Es la Ley quien declara que las estrofas del Himno Nacional son unas u otras, independientemente de su autoría". No es así, tampoco: con ese razonamiento, la Ley puede declarar que La Flor de la Canela la escribió Perico de los Palotes y no Chabuca Granda. Si vamos a dar un ejemplo sobre el respeto a los derechos de autor, empecemos por el Congreso. José de la Torre Ugarte es el único autor de la letra, la escribió como él quiso, y punto.
¿Saben? Yo voy a seguir cantando la añadida en 1913. Se dice que el 90% de la población cree en el dios de Jacob, así que no debería haber problemas con la última estrofa, pero yo respondo: también es cierto que el 90% de los católicos mayores de 40 no conocen la sexta... ¿Estamos?
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