jueves, 9 de agosto de 2012

La prueba que faltaba

Son muchas cosas las que se le ha dicho a Paulo Coelho desde los albores de su carrera literaria. Pero soy de los que piensan que, para criticar a un escritor, no por su obra, sino por otras cosas, hay que conocerlo mejor; de otro modo, todo se reduce a ataques ad-hominem que nada le favorecen al que los hace; al contrario, enaltecen al atacado. Es cierto que siempre he pensado que su obra es un vómito empresarial, pero nunca me he atrevido a decir que el tipo es esto o lo otro, porque eso hubiera sonado a bajeza, ya que durante todo este tiempo Paulo Coelho se comportó decentemente en público y no ofendió a nadie directamente, aunque algunos lo tildaran de estafador literario.
Para emplear algún calificativo, necesitaba alguna prueba, algo que me confirme que el señor Coelho es un tipo realmente indigno de ser llamado escritor. Y la prueba la acaba de dar el propio Coelho, declarando sobre el Ulysses de Joyce:
"Uno de los libros que han causado gran daño es el Ulysses de Joyce, que es puro estilo. No hay nada (que leer) ahí. Si le quitamos eso (el estilo), 'Ulysses' es una ridiculez."
Y ahí está, pues, la evidencia que sella el caso. Alexander Nazaryan, del New York Daily News, lo acaba de calificar de idiota, pero no emplearé un término de ese calibre. Diré, simplemente, que el señor Paulo Coelho es algo así como un gurú de los lectores incultos: un farsante mediático; un simple fantoche, vendedor de moralina, que aprovecha la poca autoestima literaria que tiene una gran parte de la masa compradora, para llenarse él los bolsillos alevosamente. Yo me pregunto, qué cara estarán poniendo aquellos que le concedieron a Coelho, el año 2002, un asiento en la Academia Brasileña de la Lengua. Cara de "yo no fui", tal vez.
Ahí los dejo con un audio de Oswaldo Reynoso, grabado hace algunos años en el Británico, en el cual se despacha a sus anchas... con Paulo Coelho.


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