El 30 de abril puede ser un día significativo para algunas naciones: un 30 de abril George Washington juramentó como primer presidente de los Estados Unidos y un 30 de abril Hitler y Eva Braun se suicidaron (esa es la versión oficial) en su Bunker berlinés. A propósito de Hitler, como dato curioso, un 30 de abril se estrenó en España "El gran dictador" de Chaplin, pero recién en 1976, porque Franco la había prohibido durante 36 años.
Pero lo único que me interesa realmente, como ex estudiante de medicina, es que un 30 de abril ocurrió algo que llamaría la atención de propios y extraños: en 1961, en un puesto de la Antártida, el doctor ruso Leonid Rogozov tuvo que extraerse él mismo el apéndice.
Leamos algo del relato del propio Rogozov: "En la mañana del 29 de abril de 1961 no me sentí muy bien. Los síntomas eran debilidad, malestar general y luego náuseas, En una horas, apareció dolor en la parte baja del abdomen (...), la temperatura ascendió a 37.4ª C. Era claramente un caso de apendicitis.(...) No había posibilidad de obtener ayuda médica desde Myrni a tiempo, pues está aproximadamente a 4,800 km de la Estación Novolazarevskaya."
A partir de aquí, Rozorov empieza a narrar tanto en primera persona como en tercera, refiriéndose a él mismo como "el paciente". El aerólogo F. F. Kabot y el asistente R.N. Pyzhov esterilizaron los instrumentos. El meteorólogo A.N. Artemyev se haría cargo de los retractors, mientras que Z.M. Teplinsky manejaría un espejo para que Rozorov, a la sazón de 27 años, pudiera ver áreas específicas.
Rogozov se colocó recostado para posibilitarle la visión, descansando el peso sobre la parte izquierda. A las 22 hs. (tiempo de Moscú), el abdomen fue anestesiado con solución de Novocaína al 0.5%, 15 minutos después Rogozov practicó una incisión típica de 10 a 12 cm. Empezó entonces a buscar el apéndice, a ratos con ayuda del espejo, a ratos solamente palpando. "Era frecuentemente necesario levantar la cabeza", dice Rogozov, "para ver mejor". Se sintió muy débil luego de 30 minutos, así que tuvo que hacer pausas. Luego de la extirpación del apéndice, que tenía una perforación en la base, introdujo antibióticos en la cavidad abdominal, y la herida fue fuertemente suturada. La operación se completó a la medianoche. Rogozov recobró su temperatura normal en 5 días, y luego de una semana las suturas fueron removidas. Dos semanas después pudo regresar a su labores.
Rogozov fue galardonado con la orden de la Bandera Roja del Trabajo, desempeñándose luego como jefe del Departamento de Cirugía en Leningrado hasta su muerte el 21 de septiembre de 2000. En la web "Tejiendo el mundo" hay dos fotografías de la operación. El dicho "el médico se cura solo" no podía ser más explícito en este caso. Comparado con esto, la escena de "Rambo" donde se le ve cosiéndose una herida con aguja e hilo resulta, pues, cosa de Disney Channel...
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