Pequeño Baúl
Ensayos solitarios sobre cosas diversas
miércoles, 29 de noviembre de 2023
La película peruana que nadie ha visto
sábado, 6 de marzo de 2021
La lógica del Sr. Spock
Como todos sabemos, el Sr. Spock es un vulcano. Los vulcanos son miembros de una civilización donde la lógica ha reemplazado a las emociones cuando se trata de toma de decisiones. Supongamos que el Enterprise aterriza en un planeta donde solamente vive una especie y aparece un virus mortal que ataca a todo el mundo. Digamos que en el Enterprise se logró desarrollar una vacuna que alcanza solo para una parte de la población y tiene que ser inoculada de inmediato antes de que todos desaparezcan. Supongamos asimismo que solamente Spock o el capitán del Enterprise tienen el poder para administrarla. ¿A quiénes escoger primero? ¿A quiénes colocar en la primera línea de vacunación?
Un vulcano colocaría en dicha primera línea, por supuesto, al personal médico, pero también a los encargados de la administración de los recursos del planeta. Estamos considerando que en esa sociedad las figuras del más alto nivel hacen su tarea, manteniendo el equilibrio social y económico de la población, por lo cual no pueden ser reemplazadas intempestivamente. Pero, aun cuando los ancianos fueran más vulnerables a ese virus y con más altas probabilidades de morir, para el Sr. Spock sería impensable colocarlos en la primera línea con excepción de los que formen parte de la clase dirigente antes descrita. Aparte de dicha excepción, no podría darle prioridad a pobladores cuyo ciclo productivo y reproductivo ya terminó (jubilados, sedentes). Por tanto, en la primera línea estarían los individuos jóvenes cuyas facultades de producción económica y reproducción están en toda su capacidad, para garantizar la continuidad de la cadena industrial, poblacional y educativa.
Dicho esto, en la segunda línea de vacunación estarían los niños, aún cuando fueran menos vulnerables porque ellos representan la siguiente generación que debe ser protegida, asegurando así la continuación de la especie y la herencia de la civilización existente. Asimismo, en esta segunda línea estarían incluidas las fuerzas del orden (o el equivalente que ellos tengan) para controlar, sobre todo, posibles revueltas. Por tanto, en la última fila quedarían los ancianos, los gravemente enfermos, los desahuciados y aquellos que no constituyen un aporte para los procesos anteriormente descritos (incluyendo los criminales o, los internados en sanatorios mentales si los hubiera, e incluso deportistas de profesión o artistas).
Lamentablemente para el Sr. Spock, él no es el capitán del Enterprise. El capitán es James T. Kirk, un humano con sus características emocionales intactas. Él probablemente haría vacunar a los ancianos por ser los más vulnerables, antes que a los jóvenes. Eso es porque las características de la civilización terrestre nos impulsa a fijarnos primero en el desvalido que en el hombre entero, impulsado por un conjunto de emociones mixtas que varían entre amor y compasión. Es así como lo hacemos nosotros, porque no podemos imitar algo que se calificaría precisamente como "inhumano". El Sr. Spock, en cambio, hubiera decidido ese asunto a su manera en un segundo. Pero, claro, no somos vulcanos: si lo fuéramos, no habríamos tenido a los presidentes que ahora lamentamos haber tenido.
No sé si la campaña de vacunación será una solución para la pandemia que nos aqueja. Lo que sí sé es que no hemos dejado de actuar con la emoción, para bien o para mal, y eso es algo que no nos van a quitar por más trekkies que abunden en este planeta o discusiones filosóficas que no curan. Ojalá hubiéramos tenido, sin embargo, otra gente a cargo desde un principio y no un mitómano o dos que poco favor le han hecho al verdadero concepto de humanidad.
jueves, 10 de diciembre de 2020
Devolver los aportes a la ONP... ¿pero de dónde?
Supongamos que tengo una jarra de agua en la cual diez personas le echan cada una, desde un recipiente, una cantidad diferente de azúcar. Uno echa una cucharadita, otro dos cucharadas, etc. A continuación revuelvo el azúcar hasta que se disuelve toda: el azúcar está allí, no la puedo ver pero si pruebo el agua compruebo que está dulce. Ahora bien, resulta que la gente quiere que le devuelvan el azúcar que se disolvió. ¿Que hacemos? Tendríamos que evaporar el agua por completo, pero ya no tendríamos agua y es seguro que parte del azúcar se quemaría. La única solución sería sacar azúcar del recipiente de donde provino y darle a uno su cucharadita, al otro sus dos cucharadas, etc.
Ahora bien, el Congreso acaba de dar una ley que obliga a la ONP a devolver los aportes efectuados por los trabajadores hasta un máximo de 1 UIT. El problema es que, al igual que en el vaso con agua, los aportes no son tangibles, todo se halla destinado a pagar pensiones de otras personas, lo siguiente que se le agregue servirá para lo mismo, y así. Algunos estiman que el fondo está, para todos los fines prácticos, quebrado. El problema es... ¿de dónde se va "devolver" los aportes de los miles de trabajadores que pusieron su dinero en ese fondo?
La solución de sacar el dinero de lo que se halla destinado al pago de pensiones sería lo mismo que evaporar el agua, es decir, terminar de liquidar el fondo: no es viable. Entonces, habría que obtener el dinero del recipiente donde está el azúcar, o sea el erario público, el dinero recaudado de otros impuestos. Pero ese dinero está destinado para otras cosas: obras públicas, pago de remuneraciones de trabajadores estatales, etc. Luego de los bonos otorgados por el gobierno del ex presidente Vizcarra, el equilibrio del presupuesto se haría casi insostenible. Es decir, o quiebras a uno o quiebras al otro.
O podemos fabricar azúcar que no existe, es decir, imprimir billetes. Luego de los bonos de Vizcarra, el dólar subió 3.39 a 3.60, nivel en el que se ha estabilizado. Para remate, la ley es groseramente inconstitucional ya que el Congreso
no tiene facultades para manejar la hacienda. Si el Tribunal Constitucional no hace su trabajo, probablemente el dólar se dispare a 3.80, la inflación se acelerará y todo por el populismo de ciertos sectores del Congreso que en este momento tenemos. Espero, sinceramente, que se opte por el camino de la sensatez.
sábado, 14 de noviembre de 2020
Otro tipo de ola
En diciembre de 1967, el productor Leonard Freeman le comisionó la filmación de una gran ola para la presentación de un nuevo programa de televisión que se llamaría "Hawaii Five-O" (yo no sé por qué la gente a veces lo escribe "Hawaii 5-0", siempre fue "Five" y, además, no es "cero" sino una O). Badiyi se dirigió a Oahu y pasó allí cinco días en las bellas playas soleadas (en realidad, era invierno en el hemisferio norte pero allí la temperatura de todos modos no baja de 25 grados). Hasta que finalmente encontró la ola que quería en la playa Ekuhai Beach Park, conocida como Pupukea por los lugareños y tomó las imágenes. Entonces el productor le ofreció 200 dólares por cada vez que la ola apareciera en los créditos iniciales, lo cual aceptó. 200 dólares de entonces tenían un poder adquisitivo de, aproximadamente, 1,495 dólares hoy día.
Pero, casi al terminar la primera temporada, la cadena estimó que el programa no duraría mucho, así que el productor le propuso a Badiyi renegociar el contrato: le darían 5,000 dólares (unos 37,000 dólares de hoy) por todos los derechos (descontando lo que ya le habían pagado) y dejar de lado los 200 dólares por capítulo. Badiyi simplemente se encogió de hombros y aceptó encantado. Y aquí viene lo cruel del asunto: Hawaii Five-O se extendió por 12 temporadas, incluso después de la muerte del productor Freeman. Se hicieron 279 episodios, es decir que Badiyi hubiera percibido en total 55,800 dólares de esos tiempos solamente por las imágenes de la ola. Aún tomando un promedio para calcular el valor actual a través de los años, eso no bajaría de un cuarto de millón de dólares de ahora (e incluso podría llegar a 300,000 dólares de hoy).
Badiyi, una persona de buen carácter, al recordar esto, solía decir "sí, creo que desperdicié una pequeña fortuna". Posteriormente el iraní fue condecorado por el propio Shah y el premio Humanitas, además de ser honrado por el Gremio de Directores de América. Murió en Los Angeles, el 20 de enero de 2011, a la edad de 81 años.
La mayoría de datos fueron tomados del San Diego Reader.
lunes, 2 de marzo de 2020
Milagro japonés y anti-milagro peruano
Hace unos días, pude encontrar una película que no veía desde hace mucho tiempo, la ochentera "Milagro japonés" con Michael Keaton como encargado de una fábrica de automóviles comprada por una empresa japonesa. Allí, los empleados eran obligados a formarse en filas en un patio para una sesión matinal de ejercicios previos a la entrada al centro de labores, cosa que me pareció una exageración argumental, pero el hecho estaba basado en la realidad. Pues bien, resulta que una vez se intentó hacer eso en el Perú y no en la ficción.(Foto tomada del sitio oficial de la firma Panasonic)
domingo, 23 de febrero de 2020
La CNN, letrina del periodismo
Antes de hablar de toda esta banda de gente traumada por los resultados electorales del 2016, es preciso educar a aquellos desubicados que consideran a Cable News Network (CNN) como una voz defensora de los derechos humanos por el solo hecho de irse contra Trump o contra cualquier otro que no simpatice con el podrido Partido Demócrata. Empezaré diciendo que si alguna vez esta cadena tuvo alguna "época de oro" fue cuando Larry King era la estrella indiscutible, razón por la cual se le permitía todo: una vez le preguntaron qué concursante del Miss América era la más fea y respondió "Miss Pennsylvania. Hizo un buen acto de ventriloquía pero el muñeco era más bonito". A partir de allí, todo lo lejanamente objetivo que le quedaba a esta madriguera periodística desapareció. Mentiras tras mentiras empezaron a surcar la pantalla. Por ejemplo, el 18 de enero de 2019 difamaron a un menor de edad, estudiante católico, pintándolo como el hijo de Hitler por quedarse quieto frente a un grupo de protestantes de una tribu americana que lo abordaron tocando un tambor. El 7 de enero de este año la CNN tuvo que pagarle una millonada a su víctima. Tampoco tienen reparos en darle cámara a cualquier pelmazo que diga lo que ellos quieren escuchar. Un tiempo atrás, apareció una actriz porno diciendo que Trump le pagó por callar el hecho de tener una relación con él, y el abogado de la susodicha, Michael Avenatti, se convirtió en la nueva estrella de la CNN, habiendo aparecido en dicha cadena nada menos que 121 (lo pongo en letras, ciento veintiún) veces. El 15 de marzo de 2019, Avenatti fue arrestado por extorsionar a la firma Nike por una suma de 25 millones de dólares. El 14 de febrero de este año, el invitado estrella de la CNN fue declarado culpable y enfrenta hasta 47 años de cárcel. La CNN prefirió quedarse calladita.
Esa es, pues, la CNN de hoy, una caverna de periodistas subnormales, hipócritas y rastreros que ya no saben qué hacer con sus cámaras. O tal vez siempre lo fueron. Depende del cristal con que se mire.
domingo, 11 de agosto de 2019
Cayeron en la trampa
Cuentan que un jugador de ajedrez estaba por disputar una partida importante en un torneo por equipos, cuando unos jugadores del equipo contrario no creyeron en sus habilidades, así que lo desafiaron a resolver un problema de mate en seis jugadas. El jugador, muy confiado, empezó a calcular todas las posibilidades. Se pasaron diez, veinte minutos, media hora y, por más que calculaba, no podía encontrar la solución. Hasta que llegó el momento de jugar la partida y sus compañeros de equipo se acercaron. Cuando vieron lo que estaba pasando, echaron todas las fichas al suelo y le gritaron la verdad:



